Anoche salimos a caminar por el lago antes de sentarnos a ver Sombras del paraíso, de Aki Kaurismäki. Empezaban los mapaches del vecindario sus andanzas crepusculares, en pos de los cubos de basura desguarecidos en los callejones. Hay una caseta telefónica a la puerta del dique industrial detrás de la fundación de los señores Gates. Sobre el cristal de esa caseta se dibujaba la miríada de líneas frenéticas de una pedrada, revolviéndose en torno al hueco que dejó la piedra. Cruzamos el puente para peatones junto al lago, cerca de los hidroaviones, la marina y el Fred Hutchinson. Dejamos atrás a un matrimonio proletario, que pescaba. Sus aparejos y la desvencijada pesca que transparentaba una bolsa de nailon reposaban inertes contra la baranda del puente.
De pronto, delante de nosotros, una estela, que seguimos. ¡Un cachorro de castor! Desde otro puente, en la marina, vimos a sus padres. Los tres castores de la familia nadaban y comían los tallitos y las hojas de las hierbas que ralamente crecen entre las rocas de lo que alguna vez fue orilla. Y algas también comían. Qué hermosos son los castores.
Más tarde acompañamos a Melartin a un puerto de Helsinki a despedir a Ilona y a Nikander, que se iban.
De pronto, delante de nosotros, una estela, que seguimos. ¡Un cachorro de castor! Desde otro puente, en la marina, vimos a sus padres. Los tres castores de la familia nadaban y comían los tallitos y las hojas de las hierbas que ralamente crecen entre las rocas de lo que alguna vez fue orilla. Y algas también comían. Qué hermosos son los castores.
Más tarde acompañamos a Melartin a un puerto de Helsinki a despedir a Ilona y a Nikander, que se iban.
A ver, apreciado Avilio, arrojá un poco de luz sobre esa última línea, que me ha gustado.
ReplyDeleteDon Gustavo, aquí te la arrojo: tendrás que ver la película. No cuento más, no puedo.
ReplyDeleteVayan mis saludos desde acá, esta tarde de sol, antes de otra caminata, en otro sitio.
Ya me di cuenta, jeje. Es como esas preguntas que te dan una serie de datos, y vas reteniéndolos, y al final te preguntan otra cosa, y te quedás perdido.
ReplyDeleteIgual, Kaurismaki es una tarea pendiente. Gracias.
Saludos.
Es menos complicado que eso, Gustavo: una cena, luego salir a caminar por menos de una hora, para "bajar la comida", luego, ya en casa, ponernos a ver Sombras del paraíso, que te recomiendo (es la segunda, de 1986, de su Trilogía del Proletariado).
ReplyDeleteSaludos.
Y yo apenas recobrándome de una debacle cibernética y sin sonido en la compu...
ReplyDeleteEn fin, que disfruten la película y nos hablamos pronto. :)