Gustavo, en la primera foto (de arriba abajo) se ve el "skyline" del centro de Seattle. La cámara "mira" al sur. El "waterfront" da hacia el oeste. A la derecha, pequeñita, la Smith Tower, con un remate piramidal, es el primer rascacielos --para los estándares de la época; fue inaugurado en 1914-- de la ciudad. En los muelles hay restaurantes, hoteles, oficinas, terminales de ferries, de trasatlánticos monstruosos que en verano zarpan en hordas con destino a Alaska; de cruceros locales; está también el embarcadero del clipper que va a Vancouver Island, en Canadá; el acuario...
En la segunda foto, un detalle del hotel palafítico al norte del Pier 70, el edificio rojo del primer plano en la foto anterior.
En la tercera, tomada al noroeste del centro, desde el Puget Sound, que son aguas del Pacífico, verás a la derecha, rojizo, el edificio principal de Amazon.com, un negocio local de cierta fama. El edificio fue antes un hospital. La Smith Tower se aprecia mejor en esta foto. La mole negra que se destaca hacia el centro de la foto es el rascacielos más alto de Seattle, con 60 pisos. Todo el mundo la conoce por el nombre de Columbia Tower, pero oficialmente se llama, por decisión de los dueños, Bank of America Tower. La vista desde el último piso, que es un club (privado, para variar), es magnífica.
La cuarta foto muestra, imponente, al fondo, el Mount Rainier, una de las vistas más bellas de Seattle. Es un volcán cuyo reposo ha durado siglos y siglos (no es el caso del Mount St. Helens, que en el ochenta hizo de las suyas). No se deja ver todos los días el Rainier (el promedio, dicen las estadísticas, es de unas ochenta veces al año, pero creo que --al menos desde que estoy aquí-- es errado ese número, pues son más. A menos que se refieran a las veces que se deja ver, digamos, a las 2:35:41 p.m. Yo lo he visto muchas veces por año; más de cien fácilmente. Pero nunca se sacia uno). Ahora, en el primer plano, el faro de Discovery Park, el parque más grande de la ciudad --puedes caminar por horas allí y no recorrerlo todo.
Bueno, gracias de nuevo por tu visita. Espero que este comentario ponga cierta perspectiva en las vistas de arriba.
Muy bella esa última foto, realmente. El comentario se refería principalmente al hecho de que uno se forma una idea de EEUU solo con sus imponentes "skylines", pero se olvida de esos detalles, esas otras edificaciones. más antiguas, esos lugares más reposados y añejos...
Aclaro: cuando me refiero al Mt. Rainier y a la frecuencia con que se deja ver (como si estuviera suspendido en el aire, esa es su marca registrada), en vez de veces al año, quise decir días.
Gracias por estas fotos, Avilio. Me hago una idea. Por ejemplo, me encantaría escudriñar en esos edificios palafíticos del Pier 70, buscar, encontrar... quiero saber de qué están hechos, me recuerdan a Caminito en La Boca, pero sin los colores brillantes...Y ¿se puede uno acercar y entrar a ese faro? Un beso
Aquí en Seattle hay dos faros: uno en Alki (West Seattle) y otro en Discovery Park. Los faros son edificios federales, y estos dos están en un área muy transitada, y el acceso a ellos está vedado al público (la cerca de ciclón y un cartel amarillo, que no se puede leer en la foto, informan de ello). Si amplías las foto del faro, haciendo clic en ella, verás a dos personas en la punta, hacia la derecha. Puedes estar alrededor del faro, pero no adentro --es una playa pública, con focas a menudo bañándose en la orilla.
En Whidbey Island, donde Michelle los puede llevar cuando vengan, el faro está en un parque histórico --es una vieja fortaleza militar--, y se puede entrar en los edificios.
En Port Townsend, una ciudad en la Península Olímpica, a unas dos horas en carro (con un trayecto, el inicial, en ferry) de Seattle, hay otro faro, interesantísimo. Es uno de los pocos que quedan de los faros tradicionales, cuyo haz de luz gana el filo de un puñal merced al complicado lomo de un cilindro de cristal, como el de un reptil fantástico, que absorbe toda difusión, la reconcentra entre prismas y la emite como un poderoso chorro agudo. Este lo abren muy ocasionalmente al público. Por casualidad, la primera vez que fui, estaba abierto, y subimos hasta la mera cristalería prismática, en cuyo centro, como un mago de Oz, un bombillito (exagero) era un sol. Es una lástima que con sólo tres días, el tiempo no les alcanzará llegar hasta allá. Port Townsend iba a ser lo que Seattle terminó siendo: el tren no llegó, y las casas victorianas quedaron abandonadas de la noche a la mañana, literalmente, a principios del veinte. Hasta que hacia finales de los setenta, principios de los ochenta, los hippies hicieron toma de posesión. Hoy es un paraíso woo-woo.
El paseo del centro por supuesto incluirá el puerto y el parque de las esculturas. Toma todo un día. Más detalles más adelante.
wao, me hubiera encantado tener tiempo para ir a Port Townsend, pero hay muchas otras opciones, ya nos podremos de acuerdo con los itinerarios ;) Un beso Clau p.d.: A Victor le guiñó la idea del hidroavión...
Claudia, desde la casa se puede ir a pie hasta el terminal de los hidroaviones. Son pocos minutos, y varias las rutas (la menos cara es como de ochenta dólares por persona por un sobrevuelo de la ciudad, de más o menos veinte minutos. A Victoria, entre doscientos cincuenta y trescientos, creo).
A propósito de viajes, el prejuicio del que nada conoce. Si hubiese visto solo las fotos dos y cuatro, habría jurado que se trata de otro lugar.
ReplyDeleteBellas fotografías.
Saludos.
Gustavo, en la primera foto (de arriba abajo) se ve el "skyline" del centro de Seattle. La cámara "mira" al sur. El "waterfront" da hacia el oeste. A la derecha, pequeñita, la Smith Tower, con un remate piramidal, es el primer rascacielos --para los estándares de la época; fue inaugurado en 1914-- de la ciudad. En los muelles hay restaurantes, hoteles, oficinas, terminales de ferries, de trasatlánticos monstruosos que en verano zarpan en hordas con destino a Alaska; de cruceros locales; está también el embarcadero del clipper que va a Vancouver Island, en Canadá; el acuario...
ReplyDeleteEn la segunda foto, un detalle del hotel palafítico al norte del Pier 70, el edificio rojo del primer plano en la foto anterior.
En la tercera, tomada al noroeste del centro, desde el Puget Sound, que son aguas del Pacífico, verás a la derecha, rojizo, el edificio principal de Amazon.com, un negocio local de cierta fama. El edificio fue antes un hospital. La Smith Tower se aprecia mejor en esta foto. La mole negra que se destaca hacia el centro de la foto es el rascacielos más alto de Seattle, con 60 pisos. Todo el mundo la conoce por el nombre de Columbia Tower, pero oficialmente se llama, por decisión de los dueños, Bank of America Tower. La vista desde el último piso, que es un club (privado, para variar), es magnífica.
La cuarta foto muestra, imponente, al fondo, el Mount Rainier, una de las vistas más bellas de Seattle. Es un volcán cuyo reposo ha durado siglos y siglos (no es el caso del Mount St. Helens, que en el ochenta hizo de las suyas). No se deja ver todos los días el Rainier (el promedio, dicen las estadísticas, es de unas ochenta veces al año, pero creo que --al menos desde que estoy aquí-- es errado ese número, pues son más. A menos que se refieran a las veces que se deja ver, digamos, a las 2:35:41 p.m. Yo lo he visto muchas veces por año; más de cien fácilmente. Pero nunca se sacia uno). Ahora, en el primer plano, el faro de Discovery Park, el parque más grande de la ciudad --puedes caminar por horas allí y no recorrerlo todo.
Bueno, gracias de nuevo por tu visita. Espero que este comentario ponga cierta perspectiva en las vistas de arriba.
Muy bella esa última foto, realmente. El comentario se refería principalmente al hecho de que uno se forma una idea de EEUU solo con sus imponentes "skylines", pero se olvida de esos detalles, esas otras edificaciones. más antiguas, esos lugares más reposados y añejos...
ReplyDeleteAclaro: cuando me refiero al Mt. Rainier y a la frecuencia con que se deja ver (como si estuviera suspendido en el aire, esa es su marca registrada), en vez de veces al año, quise decir días.
ReplyDeleteChao.
Gracias por estas fotos, Avilio. Me hago una idea. Por ejemplo, me encantaría escudriñar en esos edificios palafíticos del Pier 70, buscar, encontrar... quiero saber de qué están hechos, me recuerdan a Caminito en La Boca, pero sin los colores brillantes...Y ¿se puede uno acercar y entrar a ese faro?
ReplyDeleteUn beso
Hola, Claudia,
ReplyDeleteAquí en Seattle hay dos faros: uno en Alki (West Seattle) y otro en Discovery Park. Los faros son edificios federales, y estos dos están en un área muy transitada, y el acceso a ellos está vedado al público (la cerca de ciclón y un cartel amarillo, que no se puede leer en la foto, informan de ello). Si amplías las foto del faro, haciendo clic en ella, verás a dos personas en la punta, hacia la derecha. Puedes estar alrededor del faro, pero no adentro --es una playa pública, con focas a menudo bañándose en la orilla.
En Whidbey Island, donde Michelle los puede llevar cuando vengan, el faro está en un parque histórico --es una vieja fortaleza militar--, y se puede entrar en los edificios.
En Port Townsend, una ciudad en la Península Olímpica, a unas dos horas en carro (con un trayecto, el inicial, en ferry) de Seattle, hay otro faro, interesantísimo. Es uno de los pocos que quedan de los faros tradicionales, cuyo haz de luz gana el filo de un puñal merced al complicado lomo de un cilindro de cristal, como el de un reptil fantástico, que absorbe toda difusión, la reconcentra entre prismas y la emite como un poderoso chorro agudo. Este lo abren muy ocasionalmente al público. Por casualidad, la primera vez que fui, estaba abierto, y subimos hasta la mera cristalería prismática, en cuyo centro, como un mago de Oz, un bombillito (exagero) era un sol. Es una lástima que con sólo tres días, el tiempo no les alcanzará llegar hasta allá. Port Townsend iba a ser lo que Seattle terminó siendo: el tren no llegó, y las casas victorianas quedaron abandonadas de la noche a la mañana, literalmente, a principios del veinte. Hasta que hacia finales de los setenta, principios de los ochenta, los hippies hicieron toma de posesión. Hoy es un paraíso woo-woo.
El paseo del centro por supuesto incluirá el puerto y el parque de las esculturas. Toma todo un día. Más detalles más adelante.
Un beso,
Avilio
Fe de error:
ReplyDeleteDonde dice: "...el tiempo no les alcanzará llegar hasta allá"
Quise decir: "...el tiempo no les alcanzará para llegar hasta allá".
wao, me hubiera encantado tener tiempo para ir a Port Townsend, pero hay muchas otras opciones, ya nos podremos de acuerdo con los itinerarios ;)
ReplyDeleteUn beso
Clau
p.d.: A Victor le guiñó la idea del hidroavión...
Claudia, desde la casa se puede ir a pie hasta el terminal de los hidroaviones. Son pocos minutos, y varias las rutas (la menos cara es como de ochenta dólares por persona por un sobrevuelo de la ciudad, de más o menos veinte minutos. A Victoria, entre doscientos cincuenta y trescientos, creo).
ReplyDeleteUn abrazo a ambos.