Recuerdas que la pereza es pecado capital. Quieres posponer la relectura de Aura, pero te consta que el libre ejercicio del desgano no queda sin castigo. Tu
deber empieza a hacerse impostergable y aun así te pones a manguarear.
“¿Manguarear?” Te acomete un súbito temor, que enseguida confirmas que estaba
bien fundado: ni en el Pequeño Larousse
ni en el Diccionario de español actual
encuentras el verbo en cuestión. Sabes que Dr. Whitebun profesa poca simpatía por las palabras que él ignora y que sus autoridades desconocen.
Sales disparado al otro cuarto. En el Diccionario del habla actual de Venezuela hallas a ese sinvergüenza dormitando entre manguare,
‘manguaro’ y manguareo. Lees: “manguarear v intr coloq Perder el tiempo o estar sin hacer nada”. Pero sigues caviloso. Sacas, casi con violencia, el flaco tomo siete del DRAE (vigésima
segunda edición), que va de luna a ozonósfera, y lo hojeas mientras rizas
volutas de humo arrancadas a tu pipa. Lo sorprendes echando un camarón debajo de manguardia y encima de mangue: “manguarear. intr. coloq. Ven.
Malgastar el tiempo sin hacer nada”. Ahora sí respiras
hondo, aliviado.
Vaya, Memo, acaba de una buena vez o déjalo para más tarde. Es hora de un café.
No comments:
Post a Comment